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miércoles, 25 de abril de 2018

9:20 UN POEMA DE MARÍA ÁNGELES MAESO




9:20


No pronuncies nube, mira
cómo se deshacen en sus juegos
sin que nada llegue hasta el final.
Cómo hacen sus rondas sin tocar tierra,
en una espera sin fondo que no es de aquí.

No digas valle que a las nubes mira
con embeleso. No digas montañas,
aunque haya quien llame resistir a ese mirar,
para ellas, 7, 9 y hasta 10 años no son nada.

No para las casas que habitamos en las que oímos
música o llaves y no una ley
que a 9,8m/s2 se acelera.

No preguntes más si yo sabrá hacer el puente.
A las 9:20 calla la savia, sí,
bajo los decretos de noviembre
la savia calla al pie de la ventana
que al 20% crece.

Nada quede mudo bajo los tabiques
y los pómulos molidos.
Pronuncia flor, abeja, lágrima, pan, tormenta.
También Amaia.* También Amaia.

Y mira si yo ha gritado: ¡rómpete noche
o cállate. O árbol que anda recuérdate!


*A las 9:20 del 9 de noviembre de 2012, Amaia Egaña, una vecina de Barakaldo, de 53 años de edad, se lanzaba por la ventana de su vivienda en el preciso instante en que iba a ser deshauciada.
El verso inserto en cursiva corresponde al poema de Roque Dalton Alta hora de la noche: Cuando sepas que he muerto di sílabas extrañas / Pronuncia flor, abeja, lágrima, pan, tormenta.



María Ángeles Maeso
Puentes de mimbre



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