Algunos
muertos entonces resucitaban en el ataúd y mi hermano Alfredo era
amigo de los lagartos, uñas, garfios clavados en la madera y
retorcidos sus cuerpos los encontraban, huy los rojos, mis primos
siempre bebieron leche en vez de agua, engañándome en verano, en el
calor del campo, en la siesta, echándomelos y yo asustada, sudando,
y habla entonces un pueblo entero todo oscuro de brujas, mi padre
tenía una capa, un caballo que le robaron la noche aquellas mujeres
brujas, nueve hijos, nueve hermanos, y hubo uno que despertó con
hambre y gritaba morcilla, siempre de luto
hijo mío
sumisa,
buena
un
cuento
cómete
esa manzana ahora es un gallo
el pozo
estaba al lado del limonero
cómete
esta naranja es ahora otro gallo
un
cuento
y le
arañaba el pecho porque en él se los escondía a mi padre, murió
mi hermano pequeño al que yo amaba tanto (fiebres de entonces), una
hermana tan buena a la que yo quise tanto (gripe de entonces), las
brujas, cuestas de piedra, sudando, Alfredo, el culo, yo también
tuve risa cuando fui una niña, el luto, el susto, Rafael el hermano
mayor el que no tuvo hijos,
un
muerto entrando en su casa hambriento y resucitado
un
cuento
Fernanda,
¿dónde están las galletas para el niño?
un
cuento.
Pero la
mayoría de los muertos resucitaban dentro del ataúd,
y sus
gritos no se escuchaban,
y de
noche era terrible el miedo
Astenái
carne
aplastada y siniestra hundiéndose en la oscuridad, ojos llenos de
espanto en la oscuridad, me falta ahora la respiración, el aire,
este
tonel de barro al lado del limonero es ahora un caballo
corre
corre
el gorro
de la falange
un casco
Astenái
toma la
espada, tengo miedo, el pozo, no me dobles la
muerte
Dios mío,
sálvame
de la oscuridad
un
cuento
otro
cuento
el niño
parece que tiene fiebre, Fernanda
una
manzana, una naranja, unos confites, la bufanda porque es invierno
mis
padres,
han
llegado de misa.
¿Pero
no fue la infancia época de claridad?
Astenái,
ya viejo, está sentado en el suelo. Con una rama de olivo subraya el
círculo dibujado en la tierra. Su mirada se pierde en el horizonte
de
perfil
(una
noche vino a llevarme Drácula)
su
cabello largo cano
la
trenza sigue adornando su lazo izquierdo
(de
claridad)
de
frente
su
rostro se ha transformado en león, me ruge:
¿Por
qué me asustó aquel día mi padre con el cinturón?
¿Por
qué insultaban algunos niños en la calle?
¿Quién
me arrancó mi mano pegada al tendido eléctrico?
¿Por
qué mi madre me dijo (de broma) que a lo mejor no era mi madre?
Y mi tío
Antonio me paseaba en caballo por los alrededores y él me subía a
las máquinas de trenes, el cáncer, un hombre, que era tan bueno
como mi padre, tu abuelo, yo una muchacha alegre y tu padre que era
entonces de sal,
su
corazón,
su
miedo,
siempre
de luto,
hijo mío
una
manzana
un
cuento
una
naranja
otro
cuento.
Astenái,
Astenái, poeta:
Estos
años también he vivido el simbolismo de la sociedad.
Hoy he
contemplado toda la ferocidad en su boca.
Luciano
Feira – en Poesía experimental española . Antología incompleta
Calambur
Poesía
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