AMONIACO
Introducción
Se achica
la distancia
entre lo que amo y el abismo
la posibilidad del dolor se expande
y lo impregna todo
con un intenso olor a amoniaco
que doblega mi garganta
Amoniaco 1: el perro
A lo lejos
la luz de los faros
y el ruido del motor
se filtra entre las ramas
de la alameda que recorres
negro velocísimo imparable
contra el aluminio gris del capó de un coche
saltas mi grito
que intenta anudar el tiempo
hacer largos nuestros días con tu aullido
húmedo con tu hocico tierno que espera
paciente
el rayo que le trae
el sol de la tarde
La caricia preñada de miedo
hace que amar
resulte insoportable
Amoniaco 2: el hombre
Mi costado busca bajo la manta
el calor del tuyo que me adormece
en la noche
bien dispuesta sobre nuestra cama
en el silencio
el silencio me acorrala
y como un calambre
alerta mis oídos para recoger tu vaho
para comprobar
la correcta hinchazón de tu pecho
vigilo tu ruido en la noche
alejo el sueño
para que el ritmo de tu respiración
me sostenga
La caricia preñada de miedo
hace que amar
resulte insoportable
Amoniaco 3: la niña
Tu risa siempre está
en el borde del abismo
y me crecen manos para sujetarla
ojos ojos que vigilan cada hueco
piernas para estar pronta en su caída
y angustia
me crece la angustia junto a tu cuerpo pequeño
se interrumpe el eco de tus pasos
lluvia mansa contra el suelo
tu boca
sin asidero
tu voz diminuta contra el aire
La caricia preñada de miedo
hace que amar
resulte insoportable
Yolanda Ortiz Padilla – Manotazos al aire
Baile del Sol
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