Hotel en Torrejón de Ardoz en mayo de 2013 por Pablo Müller
|
En la madrugada
por la ventana entran los rumores de
los aviones que se llegan y el ronquido de los coches que vuelven a la deshora
en el polígono,
junto a las autopistas,
donde crecen las hierbas ya viejas,
con el aeropuerto que vomita los paquetes que ordenan en turnos furiosos en la nave
varada de Amazon,
en Torrejón de Ardoz.
En esa madrugada blanca en el
quirófano
te abrías a la noche y a la lluvia de
julio,
al color azul que guardas en las
miradas como un pez volador de luz libélula
dejándote el vientre a la escritura de
las lancetas:
un verso rugoso agarrado a la vida.
Sé del sonido metálico de los
escalpelos y los motores,
de cómo se callan a la llegada de las palabras
que silenciamos,
un diálogo con el oleaje y los
mosquitos,
y esperan cansados al amanecer de las
nuevas, de las cafeteras y los cigarrillos.
Suena un teléfono.
Te quedas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario