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domingo, 9 de octubre de 2011

LEDO IVO POETA VISITA BILBAO


Bilbao, tras la lluvia por Pablo Müller

A Ledo Ivo, maestro
A Kepa Murua, poeta


En Bilbao llueve 172 de sus días cada año,
por eso la ciudad se construye con frecuencia
de lluvia.
Tiene Bilbao 39 días despejados de nubes al año,
por eso la ciudad se fabrica con poco
sol.
La ciudad la hacen también
los trabajadores, los emigrantes, los pobres, los poetas, los futbolistas y baloncestistas, los empresarios, sin que haya, que sepa, estadísticas sobre días de verso y días de prosa en Bilbao.
Anuncian que Ledo Ivo, el poeta, viene a Bilbao
y todos los días hace sol y calor infrecuente.
Por suerte el día que Ledo Ivo llegó a Bilbao
llovió.

y mientras las grúas trabajan incansablemente día y noche
y los brazos y las piernas de los obreros se fatigan
ningún cambio sucederá en la Poesía
ella permanecerá en equilibrio porque los ritmos la amparan
y Adriana no se prostituye.

Soy una asamblea. Soy una revolución.

          Justificación del poeta. Ledo Ivo.


Se encuentra poesía en la grúa y el trabajo y en el salón
de viejas maderas, telas granates y dorados metales, el verso
se construye con el IBEX 35, y mucha pasta
anuncian
en la sala
ser proactivos
requieren
con los poetas

Celebraré a los hombres que trabajan, sueñan y se desesperan, y caminan torpemente hacia una muerte anónima y hacia el domingo.

          Himno de la imaginaria ventana abierta. Ledo Ivo

Ledo Ivo es un poeta
viejo
serio, refugiado en el portugués
Ledo Ivo es un poeta
sabio
callado a la espera de que la poesía encuentre
el lugar.


La hora hace un arco de luz para que yo pase
entre los millonarios los curas los basureros los payasos y las
prostitutas que son mis semejantes.
Aquí los bancos son más bellos que las catedrales.
Y, cabizbajos, confiamos a los gerentes nuestros pecados:
Codiciamos la mujer del prójimo y su mansión, codiciamos su esclavo, su yate y su buey, codiciamos su asno y sus acciones y el sol de su piscina.

     Finisterra. Ledo Ivo

Kepa Murua, poeta
quiere hablar del silencio
se lo impiden los timbres
de los teléfonos móviles
un murmullo de que a la misma edad
Ledo Ivo tiene mejor aspecto que la Duquesa de Alba

Los pobres no saben viajar ni saben vestirse.
Tampoco saben vivir: no tienen noción del confort
aunque algunos hasta tengan televisión.
En verdad los pobres no saben ni morir.
(Tienen casi siempre una muerte fea y poco elegante.)
Y en cualquier parte del mundo ellos resultan incómodos,
viajeros inoportunos que ocupan nuestros asientos
incluso cuando estamos sentados y ellos viajan de pie.

          Los pobres en la estación de autobuses. Ledo Ivo

Un intruso sentado, un advenedizo sentado,
cuido no manchar la silla, vigilo el estado de mis zapatos
las huellas en las alfombras y la tarima
si queda verso para la merienda
si la poesía encuentra su lugar

Los poetas son sepultureros que entierran palabras

          Las palabras desterradas. Ledo Ivo.

Imagino que la palabra enterrada es mentira
como la poesía, mentira
como el lujo, impúdico
imagino que la palabra enterrada es larva
y que se queda en el edificio tras la marcha de
Ledo Ivo

fuera en la calle no llueve
las aceras están mojadas.


Los fragmentos de poemas de Ledo Ivo son de La aldea de sal, Calambur, 2009, selección y traducción de Guadalupe Grande y Juan Carlos Mestre.

La tertulia se realizó en los salones de la Sociedad Bilbaina, el día 6 de octubre de 2011, en Bilbao.

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