TRAUMA, TARA Y TODO LO
DEMÁS
Soy un
trauma que empezó hará ya cien años
con
mujeres que se casan enfadadas
y se
alejan de unos sueños que disculpan.
Soy un
trauma que siguió hijo tras hijo,
donde
selección natural era billete
que
bien se pagaba a la vida
o te
acercaba a la muerte
con su
ausencia.
Fotos
de boda sin sonrisa y mirada al frente.
Hombro
contra hombro,
nunca
codo con codo.
Soy el
trauma de los hombres que dormían
vestidos
por la noche y esperando
que una
bomba no los descuartizara.
Y soy
el pánico callado.
Y toda
la lejía que limpió las emociones
para
que no se notara
que se
habían sentido cosas
más que
prohibidas.
Y tras
la puerta de los traumas,
bienvenidos
a la cocina de las taras.
Este
miedo a que se vayan los fantasmas,
este
vacío y todo aburre.
Pinchar
hasta sentir algo.
Explotar
burbujas de dolor, ver qué pasa.
Gritar
al que calla.
Perdonar
al que mata.
Pero
que no os engañe
todo
este menú de hipotenusas:
soy
todo lo demás
además
de eso.
Gloria
Gil
Corredora
de fondo, jugadora de todo
Zoográfico
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