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sábado, 18 de mayo de 2024

UN FRAGMENTO DE UN DETALLE MENOR DE ADANÍA SHIBLI

 






Se quedó adormilado un tiempo. Abrió los ojos y volvió a mirar en dirección al campamento, que quedaba a su derecha; tendió la mano izquierda hacia la hinchazón del muslo y se la palpó a través del pantalón. Se levantó y echó a andar hacia el sol, alejándose del destacamento. El sol estaba ya muy cerca de la línea del horizonte.

Siguió caminando hacia el oeste hasta que los ruidos procedentes de las tiendas fueron amortiguándose y haciéndose inaudibles. Cuando dejaron de percibirse por completo, se dejó caer en una de las dunas; jadeaba y tenía la garganta llena de saliva. Tomó varias bocanadas profundas de aire, con la vista puesta en la superficie del desierto que se extendía hacia el oeste; evitaba así mirar directamente al disco del sol. Seguía haciendo mucho calor, y eso que casi eran las seis de la tarde.

Poco después se ocultó el sol detrás de las colinas, y sopló una brisa que alivió en alguna medida la pesadez del aire, al tiempo que una estrella comenzaba a titilar por la línea oriental del horizonte. Se puso en pie con esfuerzo y dio media vuelta en dirección al campamento, precedido por aquel astro vespertino. Luego comenzaron a propagarse por el aire los ladridos y aullidos del perro, que se iban haciendo más perceptibles a medida que él avanzaba y la oscuridad del anochecer se extendía por el cielo, apagando el azul. Comenzaba la noche del 12 de agosto de 1949.




Adanía Shibli

Un detalle menor


Traducción de Salvador Peña Martín


Hoja de Lata Editorial


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