Dice Concha García que la poesía es un estado.
Un estado en el cuerpo, incorporado, como playa. Un lenguaje que flota.
Un muro de arena donde rompe la palabra ola.
Y todos los estados de la materia ocurren antes de desaparecer de nuevo en el agua que vuelve.
Esta playa es un cuerpo que habla. No.
Esta playa es una palabra en el cuerpo.
Hay que leer poetas que sumen raíces, nos dice Eladio Orta.
He visto al ángel del desastre poner los pies en el mundo nos dice Maria Azenha.
Los gatos del velatorio cazan a los pájaros que interrumpen el silencio.
Los almendros mudos piden la voz de los perros para gritar su desconsuelo al paso del muerto.
Son ataúdes metálicos los barcos a la espera del puerto.
Un ángel páncreas trocea su cuerpo y lo engulle: orina en las manos de dios, diría Maria Azenha.
El mundo se construye sobre el agua azul del mundo, osario sagrado, silencio roto por los escarabajos del reloj de la muerte.
Una lluvia de cien años.
Feliz feroz 2024
Aquí las tarifas de amarre delpuerto de Bilbao.
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