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lunes, 13 de febrero de 2023

PASTORAL DE CHILE EN ANTEPARAÍSO RAÚL ZURITA

 

 

 

 

PASTORAL DE CHILE

 

 

VII

 

 

¡Que canten y bailen, que se rasgue el cielo!

porque han reverdecido los pastos sobre Chile

y mi amor no se ha olvidado de mí

Porque no ondearán

las banderas de luto ni cometeremos falta

cuando arrasados de lágrimas volvamos a encontrarnos

y mis ojos se iluminen y tu voz se entrecorte

 

 

VIII

 

 

Despiértate, despiértate y mira al que ha llegado

despiértate y contempla cómo han reverdecido los pastos

ellos no volverán a secarse ni crecerá la zarza

ni se mecerán sus aviones bajo nuestro cielo

Entonces despierta

despierta con toda tu inocencia y mira al que ha venido

Por un minuto tiéndele tus brazos

y luego muéstrale como si fueras tú misma

los desiertos resembrados

que ya no volverás a ser tierra sin agua

ni aullarán más a tu paso

como a la yegua loca del camino

Por eso despierta y como si te sorprendieras soñando

alza hasta mí tus ojos

y después siéntate nuevamente en mis rodillas

y bébeme los pechos igual que antaño

que si tú lo quieres yo seré madre para ti y tú otra vez

la hija más querida

y nos haremos uno: madre padre e hija par siempre

Entonces despiértate, despiértate riendo que has llegado

despiértate y desata las cadenas que te tenían atada

ya no volverás a cargarlas

ni llevarás más sobre tu cuello el peso de la vergüenza

Porque nuevamente nos hemos visto

y Chile entero se ha levantado para mirarte

¡hija de mi patria!

 

 

IX

 

 

Ríanse a mandíbula batiente

porque ella y yo nos hemos encontrado

Griten piedras y malezas del campo

que por nuestro amor

las cárceles de las ciudades se derrumban

y las rejas se deshacen

y hasta los candados han cedido

reventándose en los pórticos de los edificios

Por eso ríanse, ríanse que nos hemos encontrado

vuélense de amor por los pastos

Que yo y ella nos queramos para siempre

y que por nuestro amor sean queridas

hasta las puntas de fierro de las botas

que nos golpearon

y que quienes burlándose nos decían

«Bálennos un poco» y nos apagaban sus cigarros

en los brazos para que les bailáramos

que por nuestro amor, sólo por eso, ahora

bailen ellos

embellecidos como girasoles sobre el campo

Miren entonces la enverdecida de esta patria

para que sean benditos padre e hijo

esposa y esposo

para que hasta el león y la leona sean benditos

y después digan quién podrá apagar ese amor

No lo apagarán ni lo ahogarán

océanos ni ríos

 

 

X

 

 

Yo sé que tú vives

yo sé ahora que tú vives y que tocada de luz

ya no entrará más en ti ni el asesino ni el tirano

ni volverán a quemarse los pastos sobre Chile

Abandonen entonces las cárceles

abandonen los manicomios y los cuarteles

que los gusanos abandonen la carroña

y los torturadores la mesa de los torturados

que abandone el sol los planetas que lo circundan

para que sólo de amor hable todo el universo

Que sólo de amor hablen los satélites y las radios

la noche y los eclipses

las barriadas y los campamentos

Que sólo de amor hablen hasta los orines y las heces

Porque está de novia la vista

y de casamiento el oído

porque volvieron a reverdecer los campos

y ella está ahora frente a mí

Griten entonces porque yo sé que tú vives

y por este Idilio se encuentran los perdidos

y los desollados vuelven a tener piel

Porque aunque no se borren todas las cicatrices

y todavía se distingan

las quemaduras en los brazos

también las quemaduras y las cicatrices

se levantan como una sola desde los cuerpos y cantan

con cerros, cordilleras y valles

con dulces y mansos, muertos y vivos

Cantando con todo cuanto vive esta prometida del amor

Que puede florecer desiertos y glaciares

 

 

XI

 

 

Que griten, que se emborrachen, que se vuelen de júbilo

que silben de alegría todos los habitantes de Chile

como corderos saltando en el pasto

como fuegos artificiales

Que enloquezca de tanto reírse cuanto sea que ahora viva

los desiertos del corazón y las nieves del alma

la soledad que canta

y en la dichosa asciendan juntos sentimientos y paisajes

glaciares de la Antártida y glaciares de la mente

piedras de Chile y corazones de piedra

Que la luz nos derrita los ojos y se nos quemen las manos

sólo porque estamos contentos

y que por eso se nos empañen las pupilas

y se nos vayan de fiesta los brazos y las piernas

Porque lo que moría renació y lo vivo vivió dos veces

Porque volvió a brotar el amor que nos teníamos

y ahora caminas libre por las calles

tú que estabas cautiva

 

 

XII

 

 

Porque han vuelto a florecer los pastos

Chile entero se despierta

y sus cielos se levantan y están de fiesta

También tú, que caminas llorando

ahora te levantas de fiesta

con todo cuanto vive, despierta

como en Idilio General

 

 

 

Raúl Zurita

Anteparaíso

Versión final

 

Lumen


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