Cinco
De la
cola del Mercadona nunca va a salir un poema ganador del
Premio
Loewe     Falta equipamiento lírico y
sobran metros de
distancia
entre los cuerpos     Son las 8,45 de un
día cualquiera del
estado
de alarma     Me siento estómago     como siempre que me
encuentro
mal     Acabo de tomar una taza de café
de macchinetta de
8
euros     que hace del sol en mi cara un
reflujo a precio de ganga  
No se
puede caer más barato.
La ley
no me deja pensar con la polla     Nada
sucede en mí que no
esté
publicado en el BOE     Si el gobierno no
especifica que me puedo
empalmar     mi cuerpo es disciplinado y se
abstiene     Como buen
ciudadano     se limita a esperar en el punto muerto del
deseo     que es
una
bolsa de rafia     La presiono contra mi
costado izquierdo para que no
caiga
al suelo     Y me doy cuenta de que jamás
he sentido tan cerca la
piel de
mi hijo     Lo tomé mil veces viniendo
del colegio     pero mi
miedo
nunca se adhirió tan fuerte a su cuerpo    
El pánico de verdad
solo se
expresa en lo inútil     Es el lujo que
nos permitimos los que
hemos
perdido las ganas de follar.
Y
si     tiene razón el tipo de atrás     una mujer que acaba de llegar
quiere
colarse     Y a mí me parece el único
espécimen humano sensato
de la
escena     Alguien que desafía la ley del
más madrugador     el
absurdo
de estar en la línea del Mercadona para ganar cinco segundos en
el
acceso y tener el único honor que nos queda en estos días     satisfacer
la
ansiedad.
El pop
murió el mismo día en que cerraron las iglesias     A ambos los
mató el
gel hidroalcohólico     La mujer que se
había colado le dice
ahora a
la de al lado que no quiere colarse    
tan solo evita el sol en
la
cara     Acabo de perder una heroína y
una razón sobre la que
reconstruir
mi libido     la irreverencia     “Señora     no se acojone
ahora     que
está en juego mi vida sexual”     Pero me
asombra la
manera
en que el civismo ha acabado con todas las expectativas de
vida     Hasta el más sensato vuelve a la cola del
Mercadona para frustrar
las
caricias     Si me fuera ahora y no
entrara     le mandaría un mensaje
de
esperanza al mundo     Pero soy
civilizado como el que más     y hoy
tampoco
escucharé música     “Buenos días     le digo a un
vigilante de
seguridad     la vida no era esto     Quiero
hablar con el encargado”.
Pedro
A. Cruz Sánchez
La vida
no era esto. Quiero hablar con el encargado
Ediciones
Liliputienses

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