El hogar de un perdedor
Una estación
de ferrocarril abandonada.
Una torre
aislada bajo un cielo plomizo.
Una procesión
de hormigas negras.
Pedazos
de uralita por el suelo.
Bidones
de aceite echando humo.
Una sábana
raída sobre un cable se luz.
El sillón
de un coche calcinado.
Botellas,
mantas, jeringuillas
y las
cajas de medicamentos.
Un viejo
colchón con manchas rojas.
Un espejo
roto en la pared.
Un borracho
con un perro a su lado.
Un graffiti
que dice:
JESÚS
ES EL CAMINO
―――――――――――
Olvidar las oscuras golondrinas
Ser poeta
en la calle
en el
metro
en el
supermercado
olvidar
las oscuras golondrinas
llamar
a las cosas por su nombre
y
dirigirse al pueblo
impedir
que la poesía
se convierta
en algo inútil
cargarla
de pólvora
y
apuntar certero al blanco
evitar
que te alcance
la explosión
―――――――――――
Días de ruta
Nunca tan
complicado
como
esta vez
tan
difícil
inhóspito
cruel
jamás
tanta evasiva
pesimismo
miedo
todo
son excusas
desplantes
negativas
desidia
alarmismo
malas
caras
ni
rastro de esperanza
ni
rastro de fe.
(Inédito)
Vicente
Muñoz Álvarez
Canciones
de la gran deriva
Prólogo
de David González
Origami
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