La academia
me enseño del espacio 
como un
lugar mental pero el mundo son diez cajas de 
cartón
y la geometría del maletero.
Escucha
no se trata de feng shui 
es
aprender a tratar el hogar como a un texto.
Me dijeron
que los cuerpos 
tienen
tres posibilidades de belleza la primera noche 
en la
que ya no teníamos casa recogimos restos de 
crustáceos
en la orilla del lago.
Cerca del
agua residuos de una hoguera.
Por la
mañana hacia el norte la música alta dejabas que 
se te
escapase entre los dientes una canción lenta.
Tus manos
en garra sobre el volante 
mis
manos abiertas como cunas sobre las manos restos 
de
langostas sobre las langostas ceniza: la fuerza la 
gracia
y la plenitud de un exoesqueleto.
El himno
del caníbal.
Antes de
llegar a fargo abrí la boca tres veces.
Tres veces
me dije guárdate del día en el que te importe 
más la
sonoridad de una palabra que su capacidad 
transformadora.
Tres veces
dije 
y fallé
como no había espejos donde convergiesen 
nuestros
centros el silencio se instaló como los ratones 
del
invierno pasado.
Helena
Mariño
Los
bañistas
Ril editores
 

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