Mi
abuelo Felipe
volvió
de la muerte un sábado
caminó
directo a casa
y se
sirvió una taza de café.
Tardamos
varias semanas
en
tramitar de nuevo
licencia
de manejo
credencial
de elector
tarjeta
de la seguridad social
tarjeta
de la tercera edad.
Se
reincorporó también
a la
burocracia del cuerpo
cortar
las uñas
cepillar
el cabello
lavar
los dientes
limpiar
la nariz.
Conservamos
el lote
en el
cementerio.
Desechamos
el ataúd.
—————————————————
En un
monasterio malayo,
un
grupo de monjes
aplica
presión con las manos
en
varios puntos de las plantas de los pies
que
resulta en la pérdida total
del
sentido del tacto.
Es
necesario
para
los que caen de un risco
y se
rompen
contra
las piedras y el hielo.
Les da
unos momentos de paz
antes
de morir.
El
nombre de la técnica
puede
traducirse como
“el
silencio del cuerpo”
o
“el
silencio de Dios”.
Jorge
Sosa
Pony /
Yoghurt con cenizas
Ediciones Liliputienses
No hay comentarios:
Publicar un comentario