LXXXIII
VIUDO, HUÉRFANO Y…
…por lo
que duele,
quien
pierde a un hijo
ni
nombre tiene.
LXXXIV
En la
estación
esperan
el último tren
dos
viejitos al sol.
LXXXV
¿quién fue a tu entierro?
—Todos mis muertos.
LXXXVI
Quiebra la escarcha
el fuego de la tierra.
Hebra de azafrán.
LXXXVII
Que no lo entienda la gente:
la esperanza es lo primero
que al entenderse se pierde.
LXXXVIII
SENTENCIA
Esta vida no es justa.
Condená estoy a muerte
por mi buena conducta.
LXXXIX
Ay, torpe amante,
conseguirás si caigo
que me levante.
XC
Cuánta casa,
dentro de mi casa,
tan en casa,
cuando yo llego siendo calle.
XCI
I CHING
En la madriguera,
el oscuro invierno
de la primavera,
XCII
Semillitas tiraba
pa
no perderme,
se las llevó una alondra,
con tanta suerte
y tan buen tino
que sembró por los aires
nuevos caminos.
Carmen Camacho
Deslengua
Libros
de la herida
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