XII
Esa palabra
rota,
la que
vas a tirar,
dámela
a mí:
XVI
Me está
grande el jersey.
Me
están pequeños los zapatos.
Ni yo
soy de mi talla
XIX
La
fiebre pone
su
manita en mi frente
y me
receta globos y cometas
XXII
La
niña.
El
charco.
Un
barco de papel.
El sol
se para.
XXIV
Mi
propia hambre
inatendida
cuando
duermo una rata
sale de
mí
y me
lame los labios
en
busca de miguitas
de pan
o leche seca.
yo
puedo
coserla
al corazón de las palomas.
Jesús
Aguado
Heridas
Renacimiento
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