Páginas

jueves, 30 de septiembre de 2021

ODA A LOS ANCESTROS UN POEMA DE PRINCIPIA DE ELISA DÍAZ CASTELO

 

 

 

 

ODA A LOS ANCESTROS

 

 

 

No hablo del abuelo y su breve lozanía,

de sus manos ariscas. No hablo

de su longevo padre ni de la tía solterona

que ordeñaba las vacas

ni de aquella cuya muerte a la mitad del otoño

interrumpió el cultivo de las zarzas. Tengo

demasiados huesos en la boca. Hablo

de mis otros ancestros: Lucy, la chimuela,

sus cincuenta y dos huesos,

su muerte milenaria

de veinte años,

todas sus fracturas.

Hablo de sus hijos,

no sabemos cuántos, dónde

de sus hallegados:

Ardi, la de las largas manos,

hallada junto a un río, su cadáver

recogido por partes y sus huesos

constelados sobre un fondo negro

son apenas el gesto borroso, movido

de un cuerpo. Hablo de ese carnal agradable

que primero encontró en su cara la sonrisa

e hizo de la amenaza de los dientes

una señal ambigua de afecto, y de una zarigüeya

con nombre de tía, Juramaia sinensis, escasa

ascendienta de apetito fúnebre, animalia chordata,

rápida, trepadora, dúctil,

eutheria, la primera bestia verdadera.

Y también de los otros, ese

de nombre y vocación heroica, Hynerpeton,

el primero en dejar el agua. Hablo del reino

Animalia, celebro con ardor y arrebato

a ese antecesor fogoso que inauguró el sexo

un buen día hace millones de años,

pero también a los ancianos platelmintos,

hermafroditas, parásitos, parcos,

con su acumulación humilde de neuronas.

Hablo de la simbiosis parasitaria

de eucariotas y procariotas,

de la incipiente mitocondria.

Celebro, al fin,

a esa primera célula organizada,

a la primera huérfana

y a la última, a ella, inmaculada madre unicelular,

sin pecado concebida, bendita

entre toda la materia estéril.

A ella, he olvidado su nombre,

Melusina, Laura, Isabel, Perséfona, María,

y bendito es el fruto de su vientre.

 

 

 

Elisa Días Castelo

Principia

 

Ediciones Liliputienses


miércoles, 29 de septiembre de 2021

DIEZ CANTARES DE DESLENGUA DE CARMEN CAMACHO

 


 

 

 

 

LXXXIII

 

VIUDO, HUÉRFANO Y…

 

…por lo que duele,

quien pierde a un hijo

ni nombre tiene.

 

 

LXXXIV

 

En la estación

esperan el último tren

dos viejitos al sol.

 

 

LXXXV

 

—Sepulturero,

¿quién fue a tu entierro?

—Todos mis muertos.

 

 

LXXXVI

 

Quiebra la escarcha

el fuego de la tierra.

Hebra de azafrán.

 

 

LXXXVII

 

Que no lo entienda la gente:

la esperanza es lo primero

que al entenderse se pierde.

 

 

LXXXVIII

 

SENTENCIA

 

Esta vida no es justa.

Condená estoy a muerte

por mi buena conducta.

 

 

LXXXIX

 

Ay, torpe amante,

conseguirás si caigo

que me levante.

 

 

XC

 

Cuánta casa,

dentro de mi casa,

tan en casa,

 

cuando yo llego siendo calle.

 

 

XCI

 

I CHING

 

En la madriguera,

el oscuro invierno

de la primavera,

 

 

XCII

 

Semillitas tiraba

pa no perderme,

se las llevó una alondra,

con tanta suerte

y tan buen tino

que sembró por los aires

nuevos caminos.

 

 

 

Carmen Camacho

Deslengua

 

Libros de la herida


martes, 28 de septiembre de 2021

UN POEMA DE BEMBA BABA DE SONIA BUENO, JORGE COCO SERRANO, ERNESTO GARCÍA LÓPEZ Y LOLA NIETO

 

 

 

 

III

 

 

1

 

 

cuerpos aislados silenciosos  / casi un remolino. giran.

palabras al borde de la copa. restos de acciones no componen

una gesta

 

 

2

 

(rumor de vértebras.) qué presagia la detonación de una gota

:sonido invisible. (luz golpeándose contra el aire) ¿dónde yace

ahora la palabra? para cada acto la fiebre teje un vestido

 

 

3

 

 

(las manos elevan al cielo. y rozan sus propias manos. como dentro

 

 

4

 

 

 

 

 

Bemba baba

Sonia Bueno

Jorge Coco Serrano

Ernesto García López

Lola Nieto

 

La Garúa Libros


lunes, 27 de septiembre de 2021

TRES POEMAS DE ANIMAL DOMÉSTICO DE ANDREA ALZATI

 

 

 

 

memoria

 

 

 

la memoria es un animal silencioso

vive se alimenta

de nosotros

 

gestos de reliquia

gestos de animal en cautiverio animal en

peligro de no extinguirse nunca la memoria

 

no duerme

no sueña

no descansa

 

la memoria es un animal

omnipotente

omnipresente

superpoderoso

superselectivo

 

la memoria es

un animal inmenso

 

un animal doméstico inmenso

un animal doméstico

pero no mascota

 

la memoria

 

no es

una mascota

 

 

la memoria es

 

un animal

salvaje

 

 

—————————————————

 

 

te abrazo con un pan en una mano

repítelo tres veces me dijiste

y eso es un poema

 

un segundo después desaparecías en la banqueta

 

y yo

todavía

 

con un pan en una mano

 

caminaba sin rumbo

 

con la seguridad de quien anda sin la certeza

de que la escena bíblica volverá a repetirse

por los siglos de los siglos

 

 

—————————————————

 

 

h

 

 

 

el deseo es

la sustancia del viento

 

por donde sea

que

 

barra las hojas

 

se escuchará una hache

lamiéndose las heridas

 

 

 

Andrea Alzati

Animal doméstico

 

Ediciones Liliputienses


sábado, 25 de septiembre de 2021

TRES POEMAS DE PAN DE CENIZA DE GUADALUPE GALVÁN

 

 

 

 

 

 

 

Soy la mujer que no atina el ojo de la aguja

soy el hilo que no atina

la mano insiste, espira

el desatino es un ritmo

una danza que el hombre mira

entre la aguja y el hilo que insiste hay un huracán

el centro del hilo que quiere entrar al ojo de la aguja

ceguera rítmica

el hilo es un surco que no atina

el hilo se enreda en los dedos

el hilo se enreda en el cuerpo

y a contra luz el ojo de la aguja se abre

el hilo labora

 

 

—————————————————

 

 

Escribo sin conocer el fin de los materiales

amaso palabras, las cierno y las busco

me alimento de un pan aciago

abro cada capa de la cebolla

y encuentro aire del qué asirme

tengo un interior con puerta cerrada

tengo una voz en silencio

 

 

—————————————————

 

 

Hilos negros que no encuentro

hilos que cuelgan de mis manos

hilos que sobran

hilo transparente que hilvana las madrugadas con las prisas

hilo perdido en una madeja

hilo blanco sobre tela blanca

hilo del recuerdo

hilo del olvido

hilo de la distancia alrededor del cuerpo

hilo de las mañanas en los vagones llenos de espejos

devano un carrete sin fin

 

 

 

Guadalupe Galván

Pan de ceniza

 

Amargord Ediciones