alguien dice
hubo un
bosque y nos llamaba
hubo
ramas y crujían
hubo
insectos y crujían
sus
esqueletos ramas secas
y crujían
cada
esqueleto que piso
un
bosque menos
el
minúsculo zumbido del dolor
poniendo
fin
al eterno
verano del incendio
no hay
agua
no hay
oxígeno
capaz
de detener un incendio
no hay
pulmones
no hay
piernas suficientes para huir
alguien
podó meticulosamente
nuestras
extremidades
para hacernos
más fuertes
para
hacernos crecer
más
fuertes
pero
solo fuimos troncos huecos
carcomidos
por la risa del miedo
la risa
del miedo nos empuja a creer
alguien
dice
hay un
bosque donde cada insecto
moja
cada mañana sus alas en miel
se
acabó el zumbido del dolor
se
acabaron las madrugadas inútiles
se
acabaron las ganas de huir
la luz
del sol entre los dedos
ramas
desnudas nuestros dedos
estrechando
el cerco de ese dolor
hasta
ahogarlo
entre
nuestros dedos
porque
hay un bosque y nos espera
alguien
dice
que
alguien me llene la boca de saliva
antes
de continuar
hemos
llegado hasta aquí
hemos
dejado atrás
el
dolor y el incendio
y el
dolor que sigue al incendio
hemos
dejado atrás
cadáveres
exquisitos
y un
amor
con las
alas mojadas en miel
no es
humo ni ceniza
lo que
ahora nos ciega
Isabel
Bono
Me
muero
Bartleby
Editores
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