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martes, 15 de diciembre de 2020

UN POEMA DE HORMIGAS EN DIÁSPORA DE AMPARO ARRÓSPIDE

 

 

 

 

A-L-AS-D-E-A-L-Á

 

 

 

Y estás solo en la sala  en Alhoceima

de losas amplias, la tan azul

la tan umbría calabaza al sol.

 

¿Se esconde la enrejada?

¿Le rumbeaste el sudor?

¿Bebiste perlas?

Si no es así dime tú a qué viniste

a qué viajar acá, tan lejos, a Alhoceima.

 

Vine —me dices— a ensayar agudos

a llorar sobre tu hombro

a esconder mi cabeza entre tus senos

encontrar huevos de golondrina

y sorberlos gozoso

como de niño sorbía la leche de mi madre

Y en el recuerdo dejo crecer mis barbas de profeta

y en homenaje crecen las algas en mi pecho

 

donde tú te confortas

reposas la mejilla abofeteada

la mejilla horadada y oyes

el resonar potente de mi voz impotente

en la jaula de músculos

bajo costillas temblorosas.

 

Vine —me dices— a hacer recuento

de lóbulos negros

a mostrarse en zumos femeniles

en tus aguamaniles

y si fuera posible

en las montañas de tu respiración.

 

Y digo grandes bellezas impensables

escúchome absorto

refléjome en las niñas

mientras el semen asciende por el tuétano

y abren ellas la boca en asombro palpable

como un calcetín.

 

Viniste —dicen— a conocer tu propia soledad sedienta.

 

Bajaste sollozón, pesadumbrado

de amor—y—paz y viento cósmico

un yogui occidental

 

desde la indiferencia del azul

y cada uno un cielo diferente

y tantos como auroras en los puertos

de un marinero siempre en tierra

donde el agua se esconde y se huye del viento.

 

¿O marchaste al albur

lanzando un dado al aire, hecho veleta?

 

¿O llegaste perdido, traicionero

en el barco mágico de un carpe diem

a bordo de tu aliento, envidioso de nadie?

 

Y mientras mientes mientes

cuantas coralinas pirámides buceos

en huesos relamidos por los perros más pobres

urticarias de hechizos y malarias

espejismos de dengues

ese horizonte suyo de abismos asfaltados

y muerte muerte muerte.

 

¿Para volver te fuiste

desde otro cielo igual y diferente

otra sedienta soledad de ausencia?

 

Y tú no sabes, corazón, no sabes

a qué viniste acá

tan lejos

a Alhoceima.

 

 

 

Amparo Arróspide

Hormigas en diáspora

 

Ediciones de Baile del Sol


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