una colina
dividida por un camino
a un
lado
guerras
de dientes afilados
al otro
pechos
y madres dando de comer a la tierra
en la
senda —justo en medio—
una
fila infinita de niños
cada
uno lleva una semilla
—una
sola—
en la
espalda
y
conformen suben
a uno u
otro lado del camino
van
cayendo sus simientes
—————————————————
los
niños somos parecidos a las moscas
creemos
en las ovejas y volamos sobre el polvo
pero no
somos ovejas
ni
polvo
los
niños somos parecidos a un rumor
vamos
haciendo ruido pero nadie nos ve
los
niños y los peces somos ajenos
nuestra
memoria es eterna para el dolor del mundo
—y sólo
nos crecen branquias
en los
tiempos de asfixia—
—————————————————
busca
la niña
un
agujero en la madera
redondo
y perfecto
como un
dios sencillo
sorbe
poco a poco
el
interior de un caracol
se
encierra dentro
—cree
que no tienen alma—
dos
hermanas encuentra
y su
idioma obstinado
círculo
invisible
hilo
infinito
puente
de cáscaras
son
tres como una oración
y aprenden
a rezarse
Mar
Benegas
Dije luz
Huerga
y Fierro Editores
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