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viernes, 30 de octubre de 2020

DOS POEMAS DE AUTOBÚS DE FERMOSELLE DE MARIBEL ANDRÉS LLAMERO

 

 

 

 

Far West

 

 

 

Esta planicie sigue siendo el oeste

y en mi siempre cupo el espanto

de los grandes desiertos,

de la soledad de la encina de Castilla.

Jamás laberinto más terrible

que aquel que no conoce muros.

 

La noche se cierne aquí sobre nosotros

de una sola vez y por entero

y cuando el sol te inunda

—qué hacer si te calcina—

nadie se puede guardar.

 

Abandonados somos a la llanura.

 

 

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Castilla Road

 

 

 

Hay pájaros danzando con precisión

para nosotros.

He visto esta escena en las películas

pero eran distintas las coordenadas,

se gozaba en otras lenguas

en las áreas de servicio.

Vibra rotunda la claridad de este mar,

son arena del océano las nubes,

bailan las llamas.

Tierra amarilla y cielo azul

son tus líneas geometría,

—cuadro de Klee, campos sembrados

origen de la abstracción— límites,

como los de este amor,

que no se cumplen.

Castilla, nada en ti se cierra, horizonte,

tú abres el mundo a la trashumancia,

epicentro de los puntos cardinales,

fuga de todas las rutas.

 

Solo en Castilla se rozan los cielos.

 

 

 

Maribel Andrés Llamero

Autobús de Fermoselle

 

Hiperión


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