Mandala
elemental
Supongamos
la literatura una relación entre dos planos, el dibujo de figuras geométricas.
Parecido a trazar un cubo: primero se colocan los vértices, luego se unen
mediante una línea. Aparece el primer plano. Después podríamos llamar los
vértices composición, sentido general, figura literaria y esa belleza completa
de la música. La línea sería lo irrebatible del estilo, lo único de una voz
poética entre todas las voces poéticas. Ahora es necesario otro plano. Aquí
entra en juego un concepto (la teoría): la perspectiva resulta útil puesto que
desvía este cuadro ligeramente hacia el lado, ligeramente hacia el sur o hacia
arriba. La línea une el primer cuadro con el segundo cuadro de manera ambigua,
hace al lector pensar con extrañeza en el fondo. Lo interesante de todo esto es
la generación automática de cuatro planos más. Ahí podríamos colocar de alguna
manera las interpretaciones (estas dependen del ángulo, la perspectiva y la
tradición de quien reciba el texto). En todo caso lo importante es lograr
múltiples lecturas.
Diego
Quintero
Taskent
soledad ultra
Ediciones
Liliputienses
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