La muerte de su madre la hizo más libre
Sus fervientes
discusiones de años y años son el
punto
de partida.
En el
cara a cara con ella comenzó a aferrarse a
sus
ideas, a construir su propio mundo. Contra
ella
pero, de alguna manera, con su permiso,
ahuyentando
el miedo a los regaños, ensanchó su
capacidad
de decisión.
En ausencia
de la madre, liberada ya de justificarse
ante ella,
fue más libre.
Y ahora,
en la cruda urdimbre de la añoranza y la
libertad,
sabe que su madre la parió por segunda vez
el día
de su muerte, y la obligó a mirar a su hijo.
Y ahora,
al mirar a su hijo, se le ocurre que acaso su
muerte será
también abono de libertad, y pensarlo,
debe
reconocerlo, le provoca un agudo dolor en el
vientre.
Mientras
tanto, lo acaricia y lo mima, comparten
risas y
lecturas, y discusiones apasionadas,
inclementes.
Con la esperanza y el temblor de que
también
el hijo aprenda así su libertad.
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Al morir mi madre
su
ausencia
tomó la
forma de una niebla fina
ante
mis ojos
una
neblina que fue mi compañera
durante
meses, años.
Al morir
mi madre
el
fuego heló mi corazón y
mis
extremidades se adormecieron
con el
crujido de la metamorfosis
que
había de llegar.
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Pero,
lo
confieso,
la
muerte de mi madre me hizo más libre
para
poder reinventar mi propio camino
¿qué
otra cosa es la vida?
en el
dolor de los dolores
¡ay,
misterio de las paradojas!
me
regaló la posibilidad
de
nacer por segunda vez.
Mari
Luz Esteban
La muerte
de mi madre me hizo más libre
Amaren
heriotzak libreago egin ninduen
Traducción
de Mari Luz Esteban con la colaboración de Eva Fernández y Miren Agur Meabe
La Oveja
Roja
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