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domingo, 3 de mayo de 2020

TRES POEMAS DE LA CERILLERA DE PILAR MARTÍN GILA




Si no ha muerto de frío la cerillera.
Si con dos dedos prende
una punta del mundo
y la otra
después de los años
un soplo
sobre el rumor, de golpe,
la visión en la esquina,
la llama.

Si no ha muerto de frío.
Quién podrá volverle ahora la espalda
o quién deshilarlo todo y al fuego
echar una mala noche.

De madrugada asaltaron la prisión de Weiterstadt.


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Arde el cuartel de las Fuerzas Aéreas.

Si no ha muerto de frío
la cerillera,
a dos pasos, sólo a dos pasos,
hacia el corazón, la justicia.
Cómo podremos sobrevivir a esta esperanza
cuando se mitiga.
Es el rincón, la pared,
la mitad de la casa
y la otra mitad.
Pero no llegará descalza
a esa esquina que vela
el efecto de la muerte.

Como sobrevivir al sentimiento
si no fuese posible una acción violenta.


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No los sabemos,
agachados para tocar
la parte más fina
de la conciencia,
aún en la orilla
si no, es imposible,
eso lo sabemos,
es imposible,
si fuera demasiado fina
o no estuviera lo bastante abajo
o si el hambre resulta un camino
o por el contrario, si fuera el odio.
Pero si el frío o la llama
o la cera vertida sobre la forma,
lo que no se lloró en su día
dos cuerdas, las del deseo,
¿no es eso imposible?

Durante treinta años
vimos arder las imprentas de Springer Verlag,
luego dejó de tener importancia.



Pilar Martín Gila
La cerillera

Bala perdida editorial

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