El porvenir se cuela por la
brecha del entendimiento.
Extraviado en el hueco del amor. De
estas ciudades
que se apagan de una en una, de dos en
dos.
Arrodillamos
la dentadura a su vera.
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El silencio del ordenador
el zumbido se hunde en la oscuridad
el lápiz tiene aura de voz:
aguaviva.
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El objeto reposa en su margen
lívido
de ciudad que se construye y se
desarma y se
[levanta y se desmonta y se
eleva y se transforma y se hunde sin
fin]
denodadamente.
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Yo nievo.
Ella nieva.
La niña que gira su voz en la esquina
y la esquirla de un reflejo la
enceguece
por un instante.
Atisba la inseguridad, el brío, un
malecón, calles que
[se arraciman
y se desvanecen.
Viviana Paletta
Arquitecturas fugaces
Ediciones La Palma
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