POEMA QUE SALE
REPUBLICANO
SIN QUERER
En un poema, una mariposa siempre hace
bonito.
Una manada de nubes desbocadas o un lazo
azul también.
Pero hay otras cosas que no.
Que definitivamente no,
no hacen ningún favor al poema.
Como estercolero, alcantarilla, o
charco.
Incluso la palabra “rey” ya molesta.
(No digamos ya “reina”).
Los reyes antaño eran campechanos.
Hoy no tanto.
Sin embargo, si fuéramos capaces de
tropezar
con una mariposa en un estercolero;
o tuviéramos que descender
a la oscuridad de las alcantarillas
para contemplar un racimo de nubes;
o encontráramos un lazo azul
embarrado en un charco de sangre,
así sí que destilaríamos algo de poesía.
Pero con un rey, nada de nada.
Con un rey no se me ocurre nada
esta tarde de primavera
para arreglar un poema.
Están de capa caída los reyes.
Afean todo lo que tocan.
Incluso los estercoleros.
Incluso las alcantarillas.
(Por supuesto, no seré yo quien proponga
colocar en un poema a un rey
dentro de un charco de sangre.
La educación que he recibido me lo
impide.)
Ángel Manuel Gómez Espada
Ventana de emergencias
Huerga & Fierro editories
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