Del
salón en lo umbrío la dueña
olvidándose
polvo en la rama
ni una
nota dormía en la cuerda
ni una
nota arrancando del arpa
de la
cola del arpa la cerda
en el
genio del alma lavada
si no
espera la voz de su lázaro
ni una
trampa de limo descalza
si en el
fondo no hay mano de ingenio
ni
pájaro pájara
Con
mi llorar las piedras enternecen
su
natural dureza y la quebrantan
Pero más
que me quemo despertando
las aves
y animales y la gente
Pero
dura que el mármol a mis quejas
si no me
duelo corres y desdeñas
Por ti
el silencio de la calle no
soñaba
que en el tiempo del estío
portando
en picos de excremento frío
baña la
rosa clara en tornasol
la
virgen de las medias y las viejas
tomando
el sol en sillas de auscultar
carámbano
el pezón amurallado
o suave
seda de suntuosa sierpe
dedos
danzantes
y son de
lacrimal en pie de rima
llevaba
(por pasar allí la siesta)
Con
mi llorar las piedras enternecen
su
natural dureza y la quebrantan
Amparo
Arróspide
Jacuzzi
Amargord
Ediciones
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