EL
ABECEDARIO DE LA NOCHE
Después,
después, amor,
deja que
me quede un rato
a solas
con las luces
que de
noche minan la ciudad
y tanto
tanto me acompañan.
Si a
veces me refugio en esas luces
es
porque dentro siempre siempre hay alguien.
Jodidos
y cansados
como yo,
locos esperando a que amanezca.
Pavos
con juanetes,
dolor de
ovarios, asma, cagalera,
una niña
que se toma dos frascos de transilium
esperando
en un bareto al cabronazo,
joder,
que nunca llega,
el viejo
que no la acaba de diñar
y llora
el hijo puta por la vieja,
el tipo
que se levanta a echar la pota,
una
muchacha que mira distraída las estrellas,
el
taxista que hace caja, un estudiante,
la mujer
que dejó abierto el gas
y una
luz como de nieve entre sus piernas,
gente
que se mete cristales en los brazos
o
aguarda acojonada la tormenta.
Son
guapas esas luces que escupen a la noche,
y dejan
en la arena
un
resplandor, el filo de un cuchillo
hundido
entre tus piernas.
Violeta
C. Rangel
Cosecha
roja
No hay comentarios:
Publicar un comentario