«...el
gran ilustrado francés barón de Montesquieu, en el El
espíritu de las leyes,
pasa de asegurar que la «institución de la esclavitud no es buena
por naturaleza» a defender que «la esclavitud de los africanos y
africanas es necesaria para abaratar el coste de la mano de obra,
pues si no fuera por la esclavitud de los africanos en América y en
algunas islas del Mediterráneo el azúcar, por ejemplo, se compraría
más caro en Europa». Para justificar tan atroz aseveración,
Mostesquieu se amarra al racismo y escribe: «Es imposible suponer
que tales seres negros sean hombres, los negros carecen de sentido
común... (…) No se comete ninguna injusticia al someter a la
esclavitud a los africanos.» [Aimé] Césaire da una bofetada
a los europeos al recordarles, en su mítico Discurso sobre el
colonialismo (1950) cómo su 'invento racial' para justificar lo
injustificable se volvió en su contra de la mano de Adolf Hitler
—«(...)
en el fondo lo que no le perdona [el burgués europeo] a Hitler no es
el crimen en sí, el crimen contra el hombre, no es la humillación
del hombre en sí, sino el crimen contra el hombre blanco y haber
aplicado en Europa procedimientos colonialistas que hasta ahora solo
concernían a los árabes en Argelia, a los coolies en la India y los
nofros en África»—.
Paco
Gómez Nadal
Indios,
negros y otros indeseables
Capitalimo,
racismo y exclusión en América Latina y El Caribe
milrazones
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