UNA VEZ
EN UN POEMA
Los
poemas no se parecen a los cuentos, ni tan siquiera cuando son
narrativos. Todos los cuentos tratan de batallas, de un tipo o de
otro, que terminan en victoria y derrota. Todo avanza hacia el final,
cuando habremos de enterarnos del desenlace.
Indiferentes
al desenlace, los poemas cruzan los campos de batalla, socorriendo al
herido, escuchando los monólogos delirantes del triunfo y del
espanto. Procuran un tipo de paz. No por hipnosis o la confianza
fácil, sino por el reconocimiento y la promesa de que lo que se ha
experimentado no puede desaparecer como si nunca hubiera existido. Y,
sin embargo, la promesa no es la de un monumento. (¿Quién quiere
monumentos en el campo de batalla?). La promesa es que el lenguaje ha
reconocido, ha dado cobijo a la experiencia que lo necesitaba, que lo
pedía a gritos.
John
Berger
Y
nuestros rostros, mi vida, breves como fotos
Traducción
de Pilar Vázquez
Nordica
Libros
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