EL
CROMO DE BRILLANTES
       cabriola
de mariposa fue
derecho
a parar a un
                       pliegue
de tu boca.
Boca
arriba dos canicas
  tres
tabas una falda
     plisada
preso pulso
             ya
vuela.
Creciéndome
en la mano
         un
corazón de “zapaburu”
  hasta
el riachuelo voy
y si tú
quieres
              abriré
mi palma
y en tus
pupilas
                a
nado seguiré.
              Yunque
e imán.
Dos
pares de canciones.
――――――――
      CUANDO
ÉL DUERME YO
me apaño
con mi alma y un lucero.
         Dímelo
niño, dímelo
una
pestaña de amor y yo moriré primero.
       De
cábalas se fue la noche
derrotando
la nieve del buen agüero.
        Me
quedan leche y rocío
ciento y
un salmos y un zapato nuevo.
――――――――
          NEVABA
mientras moríamos de
amor.
Tumbados en el mismo sofá
en donde
llegó Gaël a mi vientre.
          Los
chopos caían como besos
desordenados
y perfectos en un baile
orquestado
por el norte
en una
flor de pasión.
          Gestas
de aquel
adiós.
Aurora
Vélez García
De
exilio y verdín

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