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domingo, 23 de julio de 2017

UN POEMA DE LA CUARTA HIJA DE ROSA DE JORGE M. MOLINERO






Aunque en su regazo yo no tenía un sitio de privilegio,
a escondidas
me alcanzaba las golosinas sin azúcar y rascaba mi cicatriz
                   Mamá Loba
nos acogía a todas en su cama
los domingos por la mañana.

Se trataba de eso,
de matar al padre;
expulsarle de su trono, robar
su sitio en los pezones de Mamá Loba.

Desesperado, herido, Saturno
al final se exiliaba a por el pan y El país
para, encima, traernos de vuelta unos churros.

Sólo yo me vestía y le daba la mano.

En el ascensor, mi padre me revolvía el pelo.

                                           El pelo: hay cosas más importantes que el pelo.



Jorge M. Molinero – La cuarta hija de Rosa (Perdido en Isla Mujeres)





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