POCO MÁS
(tineola
bisselliella)
Hay una
manera precisa de que los pasos sean del todo ajenos a la tierra que
pisas. No tiene que ver con la gravedad. Más bien con la falta de
empeño en imprimir esa huella. Esa envidiable levedad —soy
un gigante, sé de lo que hablo— se fundamenta en atender más a la
yema de la hoja que a las raíces, a la nube antes que a la profunda
veta de oro, al temblor pasajero primero, por delante de la cátedra,
del dogma, del nicho. Hay una forma de hacerlo sin más pretensión
que estar haciéndolo, sin dejar huella, ni herencia, ni testimonio:
creer en el agua como soporte, en el viento como herramienta. Para
que el tiempo lo seque, si tal cosa conviene, y decida dónde debe
condensarse la palabra. Y poco más.
David Yeste – No escribiré un bestiario
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