Roble en Marañon en febrero de 2004 por Pablo Müller
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Cierro los ojos.
Hay un mundo sordo,
Tomas Tranströmer. Solsticio de invierno. Góndola fúnebre.
Traducción de Roberto Mascaró
III
Junto a los carteles que ruegan silencio
gritan las mujeres viejas
sus actos médicos pasados y futuros
con el miedo que sean sus últimas palabras
y desaparezcan los testigos
hay una soledad en el pasillo del centro de salud
hay una enfermedad sola
hay que gritarla
gritarla con la fuerza extraída a los niños confundidos
para que guarde silencio
Tomas Tranströmer no habla como no habla el cartel
Hay un mundo sordo
Tomas Tranströmer pasa su mano izquierda por el cartel
datando el polvo
y callan las batas y callan los timbres de las pantallas
y los osos polares y los leones callan
sálvame grita una mujer y abandona el lugar
sálvame de luxe susurra una mujer y vomita su carcajada
el silencio desea cambiar su nombre
baraja cartel solo enfermedad viejo
convoca una reunión de expertos:
empresarios lingüistas catedráticos médicos expertos del FMI
dictaminan
imposible cambiar el nombre al silencio
pero es preciso privatizar el silencio
su coste no es asumible.
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