Páginas

viernes, 28 de enero de 2011

EL TALLER ABANDONADO


El abuelo. Archivo de Pablo Müller

En una esquina de la fábrica vieja hay un taller abandonado
— ahora se almacenan los modelos —
con luz teñida del color del polvo de agosto
es la esquina del ajustador, donde el Maño calibra
las piezas de la máquina con el ajuste de los días.
A real y medio la sardina y media,
¿a cuánto son docena y media de sardinas?
Detalle. Archivo de Pablo Müller

En una esquina de la fábrica vieja hay un taller abandonado
con luz teñida del color del recuerdo del obrero
polvo de metal, huellas en las máquinas de hombres
ya muertos, conversaciones suspendidas en la luz
teñida de polvo de olvido
palabras depositadas en estanterías a la espera
de un oído de paso:
Cincuenta Horas Semanales.
Cuarenta Y Ocho.
Cuarenta Y Cinco.
Sábado inglés
Severo, ponte junto a la máquina nueva
que vamos a hacer una foto
¿Para qué?
para el archivo del Alemán



El abuelo posa con la máquina recien construida. Archivo de Pablo Müller

Hoy nadie para en el Taller, la esquina del Maño
entro despacio, no quiero molestar al vacío,
olvido que me acompañan, dejo mi mirada en el color
del polvo, paso mis dedos por los bordes de las mesas,
por los mangos de las herramientas,
persigo el ruido al bruñir los metales,
el sonido de las correas, los golpes de la fundición,
las palabras que se dijeron hace cincuenta años,
cuarenta años:
Se casa mi hijo.
Se casa mi hijo.
Se casa mi hija.
Ha nacido mi nieto, toma un puro.
Gracias, Maño.
El silencio no me engaña
se que están ahí escondidas con las esquirlas viejas
no han salido,
a cambio
han permitido que manche mis dedos
buscando fotografías en el archivo del Alemán.

Las fotografías las encontró Pablo Müller una tarde de agosto de 2002 en una caja de negativos viejos que un trabajador de Gruber en Burceña le proporcionó. Hacia mucho calor y el trabajador le dijo a Pablo Müller que cuando entró con quince años a trabajar de aprendiz su primer maestro fue el Maño: "aquí todos nos conocíamos por el mote" y que era un honor regalarle aquellas fotografías y negativos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario