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lunes, 1 de diciembre de 2025

UN FRAGMENTO DE ME FUI COMO UNA TORMENTA DE SARA HERRERA PERALTA

 






¿Por qué Louise Bourgeois recuperó estas piezas y recuerdos para la composición de estos bordados o libros? A menudo se trata de un regreso, una vez más en su obra, a su pasado, a su infancia, a sus recuerdos de niña en casas como la de Antony, rodeada de un jardín junto al río, cuando la pequeña Louise ayudaba a su madre a tejer para el negocio familiar. En este ejercicio de buscar en los cajones de su casa recuerdos de su pasado y de su infancia hay también algo exotérico. El lado exotérico de la obra de arte es siempre el regreso a la infancia. Como la niña que encuentra guijarros en el río y los guarda como un tesoro, hay en este ejercicio una coherencia con la niña que Louise Bourgeois afirma ser aún en la edad adulta. También se trata de un ejercicio al servicio de la memoria, de la creación como medio o herramienta contra el olvido. Estas flores representan igualmente el entorno doméstico, los cuidados, el papel de madre, de esposa, la paciencia y la fuerza necesarias para sostener las paredes de una casa cuando se es mujer, artista, esposa, madre, hija al mismo tiempo. De hecho, pienso en una doble interpretación: por un lado, está la suavidad y la fragilidad de este herbario, que ayuda a trabajar la memoria; por otro, pienso en un grito, el grito de dos manos que han cuidado, reparado y tejido toda una vida que muestran, al final de su vida, una batalla, la de la mujer artista.




Sara Herrera Peralta

Me fui como una tormenta


Consonni


viernes, 28 de noviembre de 2025

GUERRAS FLORIDAS UN POEMA DE TIRSO PRISCILO VALLECILLOS EN PRINCIPIO DE INCERTIDUMBRE DE HEISENBERG






GUERRAS FLORIDAS



Camino a escasos metros de un grupo de aztecas

no los entiendo, pero conozco sus intenciones…

Sus intenciones les preceden

sus intenciones son más fuertes que el músculo

que tensan sobre sus enemigos:

los envuelven en flores, entre gritos y cantos

y los llevan con vida a Tenochtitlán.

Asisto a la espera triste y colorida

como de ramo tirado en medio de la calle,

en una oscura y perfumada mazmorra;

con sus trajes de ramilletes de esperanzas secas

son ofrecidos a un dios el día de su fiesta:

en las pirámides les arrancan el corazón.


Vine a saber de las guerras floridas por Cortázar

en las clsses de Berkeley.

Sentí y experimenté la maravilla del horror

algo parecido a la belleza de la catástrofe natural,

gracias al poder de la imaginación

que permite caminar sin moverse:

con un solo dato las historias se levantan solas.

Mi madre. Y te asaltan. Mi madre trabajó en París

compartió ciudad con el mismo Cortázar.

Para ella fue un desconocido que una mañana la ayudó

a comunicarse con un gendarme.

Cortázar se enamoró de ella, de mi madre

que ahora está presente en toda su obra

aunque vosotros no podáis apreciarlo.

Sí, es maravilloso el poder de la imaginación.


Cortázar enamorado…

Enamorado como lo estoy yo de esos desconocidos

que me encuentro en la calle o en la pantalla:

fácilmente me enredo entre sus brazos,

en sus casas me colman de blancas flores

mientras me dejo aprisionar en una esperanza…

Mis esperanzas me preceden

mis esperanzas son tan fuertes como mi imaginación

y juntas clavan sus manos en mi pecho

y mi corazón arrancan

y se lo ofrecen a algún dios romántico.

Siento la maravilla del horror:

ese hueco que se abre en mi pecho

a fuerza de intentar llenarlo

una y otra vez, una y otra vez…

Con cada amante que meto dentro

el vacío se hace mayor.




Tirso Priscilo Vallecillos

Principio de incertidumbre de Heisenberg


La Única Puerta a la Izquierda


 

jueves, 27 de noviembre de 2025

CUATRO POEMAS DE MENCHU GUTIÉRREZ EN HUÉSPED DEL OTRO

 






La atención llama al espacio o el espacio llama a la atención. En voz baja o a grandes voces.

Tarea del dibujo es preguntar quién curva a quién. Para que escribas tu respuesta tienes dos encerados vacíos. Dos veces la idea circula por el anillo como si fuera un riel cerrado en sí mismo.

Podría ser un cúmulo de nieve, podría ser una oveja preñada que bala, podría ser un cazo lleno de agua de lluvia a punto de desbordarse.



―――――――――――



Sentir tanto que la madera humana se haga astillas,

que se pulverice toda resistencia,

que el pasado sea una ráfaga de viento,

que no tenga la arena un desierto donde caer,

todo pensamiento borrado en su sitio.



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¿Quién era yo en el río?

¿El alga arrastrada por el agua o el agua?

Quizá era la piedra que brillaba

como fruta madurada en el lecho.

La caricia que ha llamado a mi puerta

continúa su camino.



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El pensamiento viene con el frío,

con la nieve de otro siglo.

Me arropo con la pelliza del pasado

y contemplo el fuego

como la pupila de un lienzo.

Calmado en sus evoluciones,

el sombrero de los viajes

vuelve sobre sus pasos.




Menchu Gutiérrez y Pedro Pertejo

Huésped del otro


Árdora Ediciones


miércoles, 26 de noviembre de 2025

POEMA DE UN SOLDADO CAMUFLADO Y MI DERROTADO ESTANDARTE DOS POEMAS DE NAYWAN DARWISH EN EXHAUSTO EN LA CRUZ

 






Poema de un soldado camuflado



La última vez que escribí un poema

fue hace tres mil años.

Yo era entonces un soldado encubierto en una guerra

que ignoraba que había acabado.

Ahora de nuevo intento escribir,

pero el polvo de los años es como el de los sepulcros.

Así broto de la tierra como semilla que germina,

como un capullo que se despliega en la rama,

como los muertos que se esparcen en una tierra

donde solo habita la muerte.



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Mi derrotado estandarte



Si pudiera volver,

no lo haría bajo ningún otro estandarte.

Te abrazaría aun

con las manos mutiladas.

No quiero alas en el paraíso.

Sólo quiero tus tumbas a orillas del río.

Quiero la eternidad en la mesa del desayuno

con el pan y el aceite.

Tan sólo te quiero a ti,

tierra,

mi derrotado estandarte.




Naywan Darwish

Exhausto en la cruz


Edición bilingüe árabe-español

Traducción de Frances Simán

Prólogo de Raúl Zurita


Vaso Roto Poesía


martes, 25 de noviembre de 2025

COUSAS QUE COMENZAN POR Y UN POEMA DE YOLANDA CASTAÑO EN UN COBERTIZO LLENO DE SIGNIFICADOS SOSPECHOSOS

 






Cousas que comenzan por y


Esa nostalxia, as violetas,

una sinatura tan allea ás nosas linguas,

estar de viaxe, Armenia, signos estranxeiros,

a capa carnosa que cobre a miña sensación.

Un país que no existe, a terra rara septuaxésima,

en vastas extensións o mínimo elemento para a cópula.

Todo o varón que hai en min,

ás veces ti, e eu outras,

non teño ningunha palabra de nove letras.

Vítima e verdugo abrazados nunha soa lingua,

horizontes aos que nos guindar: ao mar, a Portugal, a España.

O sendeiro impracticable do tao, gaiolas aladas nos 70,

o vermello das pantallas, algún metáis prateados.

O punto da túa vida no que non sabes que decisión tomar,

tres liñas iguais, soñando un pacto,

a memoria escura da nación terrible.

A violación do meu nome, o último que che escribo.

A xuventude, corréndonos entre os dedos en distintas direccións.

Cando abrimos a porta do cuarto de baño da poesía

atopamos o pai convertido nunha rocha.

A mera ocorrencia de que poida ser un xugo ese sur,

yo-lan-da-cas-ta-ño repetido ata que non significa nada.

Segundo algún códigos, o meu número inevitable,

a simultánea prole dunha illa que implora,

a tormento do modisto, os cascallos do medievo.

O respectado capricho dos nacionais patriarcas,

os desvelos do illamento nunha aldea de Suecia,

o bendito sabor das uvas de Corinto,

mercé dos teus labios nunha hora futura

e, entre as pernas, o meu sexo

que tamén comeza

por Y.



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Cosas que empiezan por y


Esa nostalgia, las violetas,

una rúbrica tan ajena a nuestras lenguas,

estar de viaje, Armenia, signos extranjeros,

la capa carnosa que cubre mi sensación.

Un país que no existe, la tierra rara septuagésima,

en vastas extensiones el mínimo elemento para la cópula.

Todo el varón que hay en mí,

a veces tú, y yo otras,

no tengo ninguna palabra de nueve letras.

Víctima y verdugo abrazados en una solo lengua,

horizontes a los que lanzarnos: al mar, a Portugal, a España.

El sendero impracticable del tao, jaulas aladas en los 70,

el rojo de las pantallas, algunos metales plateados.

El punto de tu vida en el que no sabes qué decisión tomar,

tres líneas iguales, soñando un pacto,

la memoria oscura de la nación terrible.

La violación de mi nombre, lo último que te escribo.

La juventud, corriéndonos entre los dedos, en distintas direcciones.

Cuando abrimos la puerta del cuarto de baño de la poesía

encontramos al padre convertido en una roca.

La mera ocurrencia de que pueda ser un yugo ese sur,

yo-lan-da-cas-ta-ño repetido hasta que no significa nada.

Según algunos códigos, mi número inevitable,

la simultánea prole de una isla que implora,

el tormento del modisto, los escombros del Medievo.

El respetado capricho de los nacionales patriarcas,

los desvelos del aislamiento en una aldea de Suecia,

el bendito sabor de las uvas de Corinto,

merced de tus labios en una hora futura

y, entre las piernas, mi sexo

que también empieza

por Y.




Yolanda Castaño

Un cobertizo lleno de significados sospechosos

(Antología bilingüe)


Prólogo de Adam Zagajewski


Editorial Milenio


lunes, 24 de noviembre de 2025

SCHOPENHAUER ETA ITSASOA / SCHOPENHAUER Y EL MAR UN POEMA DE TERE IRASTORTZA EN GLOSAK - GLOSAR EL MUNDO

 






SCHOPENHAUER ETA ITSASOA



Arrazoiak erosotasuna du helburu.

Etsipena gertu du.

Bestelako borondatea behar da

ez etsitzeko,

joanari eusteko,

izateaz gehiago kezkatu gabe:

itsasoak hondartzan

etzateko duen borondatea bezain batekoa.



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SCHOPENHAUER Y EL MAR



La razón busca la comodidad.

Roza la resignación.

Otra voluntad es imprescindible

para no desesperar,

para asir el pasado,

sin preocuparse más por la existencia:

una voluntad como

la que manifiesta el mar recostándose en la playa.





Tere Irastortza Garmendia

Glosak Glosar el mundo


Selección de poemas 1980-2023


Edición bilingüe Traducción de la autora


Edición y prólogo de Lola Andrés


Ediciones Contrabando


viernes, 31 de octubre de 2025

CONVERSIÓN Y LÍNEA FERREA DOS POEMAS DE QUISE SALVAR A LOS CIERVOS DE TERESA RAMOS

 






CONVERSIÓN



Bajo el micelio del bosque

pululan poblaciones minúsculas.


Tuve que encender el motor,

quise salvar a los ciervos.


El viaje fue un misterio con la certeza

de que las víctimas eran individuos autóctonos.


El corazón del alguacil era de piedra,

la peña brilló con desesperación


frente a los animales muertos.

El carnicero vino a por las presas,


la sangre tiñó el verde.

En mi mente soplaba un viento helado.


Mi ángel de la guarda y yo salimos a caminar.

Aprendí a rezar después de la masacre.



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LÍNEA FERREA



En el territorio del hierro vivió la piel de un trayecto,

el sostén de los pasos. Los niños que corren por su arteria.


Toda una vida necesito para comprender

la razón de la caída.

Jamás supe qué sentido tiene nada.


Nunca ni mañana ni después podré dejar de

caminar

con el vértigo que me propone cruzar cada día el

puente.




Teresa Ramos

Quise salvar a los ciervos


PLANETA CLANDESTINO # 259


Ediciones del 4 de agosto


jueves, 30 de octubre de 2025

EL POEMA HIZO SU PARTE DE NASSER RABAH

 






EL POEMA HIZO SU PARTE



El poema hizo su parte y se marchó. Ya no hay fiesta ni celebración de nacimiento. No hay flauta que guíe a quienes acuden a la oración del encuentro. No hay nubes con las que intercambiar elogios, ni árboles que me llamen con hermosos nombres o extiendan mi sombra. Rezo a una ventana: su raíz está en mi corazón, tiende sus ramas sobre mi nostalgia.

El poema hizo su parte y se marchó. En cuanto al verbo, quedó para los desdichados que labran un jardín, con sus rosas, sus cipreses y vino que inspira a las espigas de las canciones. Pero lo dejaron todo y siguieron el rastro del poema hasta el alba. En cuanto al significado, aquel espejismo que me seguía, y yo a él, era blanco flotando sobre aguas estancadas. Le dije: «Sé», pero no fue. Le dije: «No seas», y fue blanco flotando sobre aguas estancadas. En su orilla yo miraba mi reflejo y lo negaba, miraba mi reflejo y lo negaba, mientras a mis espaldas cantaban mil gallos.

El poema hizo su parte y se marchó. No tengo pluma con que conquistar Acre explayándome como un alfaquí, ni espada con que cortar la mano de quienes roban mis sueños. ¿Qué le diré a la ventana cuando las palomas picoteen en el cristal? ¿Qué le diré al policía cuando me tienda la silla para que confiese? ¿Qué le diré al cazador de gacelas, qué a la lejanía en cuclillas sobre el blanco de la primera página? ¿Qué puede decir una mesa solitaria frente al cerco de las sillas? ¿Qué dice la amada muda cuando su amado regresa tras un largo silencio? ¿Qué les dice un viaje a dos amantes unidos por el amor a un lugar? ¿Quién desentrañará la azora La Arena empapada por el llanto de los profetas? ¿Quién sabía que yo tenía piernas y que cuando el viento resonaba como el tambor de los caballos me adentraba en un mar sin orillas y volvía cada día al califa con una ciudad en la palma de la mano? ¿Quién sabía que tengo una noche que busca ansiosa sus espejos y lanza a cada ventana un día de clamor y locura? ¿Quién supo que tengo labios para cantar, para balbucear como un niño y repicar como las campanas cuando el viento mece tu cabello?

La poesía dijo su palabra y se marchó. Ahora me siento, cuento cansado mis heridas con sus dedos, y los soldados que me quedan. Mi único prisionero es el arrepentimiento, y mi compañero de mesa el pan de mi última cena.




Nasser Rabah

Gaza: El poema hizo su parte


Prólogo de Luz Gómez

Traducción del árabe de Alberto Benjamín López Oliva


Ediciones del oriente y el mediterráneo


miércoles, 29 de octubre de 2025

¿CÓMO ES TU PAISAJE ACTUAL? UN POEMA DE FLAVIA CALISE EN SIN FANTASÍA NADIE NADA

 






¿cómo es tu paisaje actual?



todo lo que está edificado distorsiona una ciudad de agua.

una vez por noche una flecha de carne mojada cae sobre mi frente.

nunca tiene el mismo peso y no sé de dónde viene.

el sonido es el de una cachetada ¿desaparecer puede ser un

proyecto? la gente parece quererse todos los días.

se despiertan y el sentimiento está ahí.

conquisto la tarde con pequeños movimientos.

en el sueño mi amiga muerta me abre la boca para que mastique.

me despabilo y toco la playa: también quiero estar estirada.

hoy mi cara podría destruir un auto.

no tengo ojos, están adentro.

son todos míos.

entre el mundo y vos, estoy yo.

no podré impedir tu muerte y no quiero pensar mal de mi salud.

la gente se vuelve loca por muchas cosas, sobre todo por tristeza.

te vi caminando por la superficie de las cosas, entiendo

que duela ser invisible.

los movimientos lentos son los justos para una danza de tontos.

me gustaría tener más vergüenza, ser la rueda del trineo que desliza.

en el sueño mi amiga llora, me despego de la alucinación solo

si entro en coma, soy un conejito a pilas.

me despierta el licor añejo que colocan en la punta de mi nariz




Flavia Calise

Sin fantasía nadie nada


Ediciones Liliputienses


martes, 28 de octubre de 2025

UN POEMA DE MORTAL DE JORGE GARCÍA TORREGO





17



Cuando mi cuerpo,

esta multitud de candelabros y mármol,

sea cenicero vaciado en la nada,

cuando mi cuerpo se llene de aterrizajes,

correas y cigarros apagados.


Cuando mi cuerpo ya no sea mi cuerpo sino un remolino

[en el aire,

un piropo de mirlo,

un regalo de cerezo,

te llamaré y seré un sonido entre palabras.


Porque esta voz será un ala delta,

huida ya la lógica de las cuerdas vocales,

la higiene de los documentos,

la serenidad de las vértebras por mantenerme digno y

[vertical.


Cuando mi cuerpo ya no sea mi cuerpo sino un invierno

[que silva.

Un verano escondido,


yo seré,

aún,

esta voz encendida sobre la nieve.




Jorge García Torrego

mortal


prólogo de Ana Pérez Cañamares


Lastura


 

lunes, 27 de octubre de 2025

UN FRAGMENTO DE TIEMPO PROFUNDO DE ANA GORRIA






[...] Observar, como Hara nos sugiere con cada clic de su cámara, se parece escuchar, a estar presente en el flujo del instante. Escuchar como recorrer las páginas de un libro mientras hace cada vez más frío, descubriendo en cada imagen un latido de vida, un pulso que atraviesa el tiempo y nos devuelve la memoria como si fuera el eco persistente de lo que nunca dejamos del todo atrás.

En la distancia,

la palabra ya es piel.

La memoria de un roce

que jamás existió.

Y aún así, nos recuerda.

La cama nido ya está desplegada y mi hermano y yo estamos acostados y arropados con las sábanas, cada una de su color (verde, marrón), y saludamos a quien se encuentra del otro lado de la lente con un gesto cansado pero alegre. El rostro de mi hermano parece que acaba de reír o que va a hacerlo mientras alguien escucha, a cada uno de los lados del tiempo.

A veces, escuchar se parece a pensar. A escribir. A caminar.

Es como hojear un libro en una tarde fría y oscura, donde la distancia entre el pasado y el presente se desvanece en la posibilidad del infinito.

Escuchar como recorrer las páginas de un libro mientras hace cada vez más frío,

es cada vez más oscuro.

Está todo tan lejos.

Y, sin embargo, escribir como caminar siempre es un continuo.

No hay lejanía.

Esta es la posibilidad del infinito.

Tú.

Como cuando el matemático ruso Nicolái Lobachevski decidió ignorar el quinto postulado de la geometría euclidiana, o mejor, asumir que este postulado, aquel que mantiene que en el caso hipotético de incidir una recta con otras dos, los ángulos internos resultantes son menores que el ángulo recto de forma que esas dos rectas prolongadas de manera indefinida, los dos continuos paralelos, mi escritura, tu lectura, tu escritura, mi lectura se encontrarán en el lado en que los ángulos son menores que dos ángulos rectos, podía y no podía ser cierto.

Es algo tan hermoso.

Las paralelas en el infinito.

Sortear la frontera que separa

los cuerpos:

los cuerpos muertos de los cuerpos vivos,

los cuerpos no presentes de los cuerpos presentes,

los cuerpos no nacidos de los aún no nacidos,

los cuerpos de quien ríe de los cuerpos que lloran

y que tiemblan ante el terror.




Ana Gorria

Tiempo profundo.


Un poema en duermevela.


En H&O Editorial