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sábado, 23 de abril de 2011

LAS CIEGAS HORMIGAS DE RAMIRO PINILLA


El acantilado de La Galea, donde transcurre parte de la novela, por Pablo Müller

Las ciegas hormigas de Ramiro Pinilla fue la novela ganadora del Premio Nadal de 1960. Tiene por lo tanto más de cincuenta años y sigue siendo una novela contemporánea. Es decir, que pertenece al tiempo que nos toca vivir. La primera vez que la leí, hacia 1978, era estudiante de bachillerato y quedó conmigo el regusto de derrota que acompañaba a la familia Jáuregui (una broma del autor pues Jauregi significa palacio en euskera) por el hecho de vivir en un lugar y en un tiempo de miseria. Hoy, tras volverla a leer, se que esa derrota es la que lleva la vida misma y que Sabas y su hijo Ismael asumiéndola de antemano la discuten cada día para, precisamente, poder vivir. Como dice Ramiro Pinilla en la página 224, “Porque lo que importa no es ganar o perder, sino poder seguir adelante”

Una gran novela para celebrar el día del libro.


La Galea desde la playa de Arrigunaga, febrero de 2011 por Pablo Müller

Las ciegas hormigas
Pinilla, Ramiro
NARRATIVA (F). Novela
Enero 2010
Andanzas CA 710
ISBN: 978-84-8383-200-4
328 pág.
18,27 € (IVA no incluido

martes, 19 de abril de 2011

EL MUERTO DESCONOCE EL MIEDO

Playa de abril  en 2011 por Pablo Müller


El muerto desconoce el miedo, dice el espejo
El muerto desconoce el miedo, como el miedo desconoce la muerte.
Joumana Haddad

En 1982 Pablo Müller
no había leído 1984 de Orwell
— lo haría en 1983 en verano —
pero vio el dibujo del médico soldado
donde abrazaba aterrado de dolor
el cuerpo recién abandonado
del soldado suicida.

Pablo Müller oyó el grito de la bala
oyó Pablo Müller silencio en la garita
apelotonados los soldados de madrugada
esperando descienda la despedida.

Pablo Müller acarició el trazo de lápiz
bajo los abiertos ojos arrasados
el gris desconcierto el blanco noche
de joven soldado en el vacío del espejo.
 
En 2011 Pablo Müller
ha leído Espejos de las fugaces
de Joumana Haddad
y vio en su espejo el diálogo de mañana
de la bala-adiós y el hombre
y oyó asustado, oyó confundido, oyó

palabras de alivio con las que despedir
y correr desplomado, correr
y desprender el peso antiguo,
correr por compasión liviano
rastro ligero para un espejo.

Pablo Müller pregunta si el atleta
puede correr hasta la lejanía hasta
el siguiente día correr hasta pedir
se rompa el corazón y después correr
sin respirar, correr sin ruido,
correr sin tristeza
liviano correr en la memoria de las playas.

abril, 2011

Pablo Müller

Playa de abril  en 2011 por Pablo Müller

domingo, 17 de abril de 2011

LA NIEBLA, TRES VECES, DE MENCHU GUTIÉRREZ

Playa de Azkorri, domingo de abril de 2011 por Pablo Müller

“Así sabe la eternidad”, pienso, “así se muere”

La niebla, tres veces
tres veces, la niebla
poderosa la palabra
persistente el eco que abandona
al dejar de leerla,
un frío aprende, la tierra, la hierba guardan silencio
un traje compone el deseo
manos guardadas acarician lo guardado
un pañuelo prendido en el interior de una manga
una puerta que nos separa
de la nieve


La niebla, tres veces
tres veces, la niebla
escribe en un libro de piedra
la vida caliza de una mujer de sueño
un perro preludio de tristeza
besa la cuchara de madera con leche
leche, azúcar, vainilla, azúcar,
vainilla, el huevo, calor
escucha la luz y adivina
su tacto

Playa de Azkorri, domingo de abril de 2011 por Pablo Müller


La niebla, tres veces
tres veces, la niebla
habita la casa donde cada habitación
es un sonido distinto de un instrumento
distinto, niebla de música, tono mantenido
a través de círculos negros
silencio de niebla que de respiro
a un secreto

La niebla, tres veces
tres veces, la niebla
espera la espera de una cita amorosa
extiende un plano sin líneas ni alzados
un plano poema donde hay un camino
cuyo recorrer no conoce
la fatiga

La niebla, tres veces
tres veces, la niebla
invita a la casa sueña
donde una mujer ríe como un pájaro
y una mujer no sabe reír
— baila la risa bajo un cedro azul —
— suplica al espejo le enseñe la risa
que aleje la muerte —

Playa de Azkorri, domingo de abril de 2011 por Pablo Müller


La niebla, tres veces
tres veces, la niebla
gris insumiso, agua en movimiento
un día conforma una constelación
y una constelación recuerda un camino
manos a tresbolillo recogen las páginas
que abandonara Menchu Gutiérrez:
almacén de libros
furgón de libros
librería de libros
niebla de abril con playa
niebla de mujer y casa

La niebla, tres veces
tres veces, la niebla
ocupa Menchu Gutiérrez
la luz convertida en promesa
doce casas de doce mujeres llegadas
en palabras pertenecen a esta luz;
bosque amaestrado jardín
salvaje fronterizo camino
sin cansancio

Salgo de la habitación-libro
con un nuevo corazón
a la noche que se cubre
de estrellas-pensamientos
abandonos y deriva
porque somos
la casa prometida

Javier Bermúdez Valencia



Playa de Azkorri, domingo de abril de 2011 por Pablo Müller

“El frío se combina con la niebla o la niebla se alía con el frío para hacer del jardín de la plaza la casa de lo inalcanzable, la virtud de lo remoto”

Menchu Gutiérrez


Título:
Subtítulo:
Viaje de estudios / La tabla de las mareas / La mujer ensimismada
Autor:
Colección:
Nuevos Tiempos. 182.
ISBN:
978-84-9841-486-8
Código de almacén:
7521182
Edición:
1ª, 2011
Encuadernación:
Rústica con solapas


domingo, 10 de abril de 2011

ESPEJOS DE LAS FUGACES DE JOUMANA HADDAD

Lugar de abril por Pablo Müller


En un verso dice Joumana Haddad que:

Sus ojos en los tuyos: dos espejos destrozados

Estar en el útero, dice Joumana Haddad. Una mujer puede percibir el útero en su doble magnitud: poseer el útero, habitar el útero. Un hombre solo lo habita y lo añora. Al hacer el amor lo persigue.

El canto de la mujer – sabia

(Como una caja de música, se abre el útero, y la voz del feto
aumenta in crescendo)
La vida no es suficiente
Para que yo diga: he vivido.
Para vivir en realidad
Habré de morir primero.
Sí, habré de morir un día
Para que mi vida se complete en mí.
¿Qué otra cosa es la vida
Sino una muerte partiéndose de risa en un espejo?
No echen al agua sus barcas, mujeres,
Ni vistan el blanco de las bodas:
No vengo al mundo para nacer
He venido apenas para morir.

Es cierto que la vida no se explica sin la muerte, ni la muerte llega a sitio alguno donde antes no hubiera vida. Joumana Haddad nos enfrenta a la crueldad de la vida que no se desea, a la vida pesada, maciza, sin barca para viajar, sin alegría, a la vida derrumbada por el peso del deseo huido.

El lápiz rojo que traza el poema por Pablo Müller


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El muerto desconoce el miedo dice el espejo

La muerte se lleva el miedo primero, el miedo es el último aliento del que se quita la vida.

… la muerte no es una partida, sino un retorno

Si hay partida hay viaje, por corto que sea. Si hay retorno hay viaje, por largo que sea.

Joumana Haddad comienza el recorrido de las poetas suicidas con Alfonsina Storni y dice de su muerte:

Una gota de lluvia cavando su tumba en el mar

Y a mí me dicen el viaje del avión y mi temor:

Día en blanco y negro
Tierra negra
Nieve blanca
Nubes blancas
Avión blanco
Jersey negro
Libro blanco y hoja blanca
Y letra negra

Y queda escrito en la página 41, en un diálogo imposible pero real.

Joumana Haddad  continúa con Karin Boye: Discurso de la enamorada, un elogio de la lentitud y de la obesidad. Lleno lento


Railes encerrados en abril de 2011 por Pablo Müller



Sigue con Ana Cristina Cesar, Tove Ditlevsen, Marina Tsvietáieva: Habrá una palabra para cada boca; Florbela Espanca: Por favor, vengan al auxilio de sí mismos y, en mi lugar, complétenlo en su mente; Amelia Rosselli y las hormigas de luz; Sylvia Plath: Aposté mi sangre, y ella dijo: ¿Cómo me permites bailar sola en las venas de los piratas?; Danielle Collobert, Ingeborg Bachmann, Reetika Vazirani: ¡Mira tus ojos cerrados! Un pájaro habita entre ellos; Nilgun Marmara.

Y en su parte tercera dice
Cada vez que la muerte acontece
Un creyente se doblega, un científico argumenta y un poeta se despierta

Vuelve a recorrer cada suicidio, cada poeta que deja la vida en un acto propio, con las tres interpretaciones: la religiosa, la científica y la poética. Abofetea la primera, prosaica la segunda, respetuosa la tercera. Al final en el Canto del Sepulturero dice:

¿Qué otra cosa es la muerte
Sino una vida que se ausenta del espejo?

Si en la primera parte era la risa de la muerte en el espejo, ahora, esa risa es ausencia. Joumana Haddad nos deja el espejo de versos.

Casa envallada en abril de 2011 por Pablo Müller

 
Joumana Haddad, Espejos de las fugaces

Traducción de Héctor F. Vizcarra

150 páginas, 15 euros (330 MX)

ISBN: 978-84-938087-3-0


viernes, 1 de abril de 2011

LAS TARDES DE DOMINGO


Árboles de Marzo por Pablo Müller, 2011


Pablo Müller pasea junto a los árboles
las tardes de domingo,
nadie le reconoce
no le acompaña el atrevimiento
Pablo Müller desea
el desnudo de su presencia.

Pablo Müller recoge la lluvia
que sobra a los árboles
y la deposita con mucho cuidado
en los parabrisas de los coches.

La pesadumbre del agua derrota al parque
el parque contempla la marcha del sosiego
y sin sosiego la tristeza ocupa el recinto:
la tristeza, toda la tristeza del mundo,
la tristeza, el duelo del desheredado.

Pueden ver a Pablo Müller junto a ustedes
intentando en vano construir una patria
para dar cobijo a su tristeza.

Pablo Müller


Domingo y lluvia, por Pablo Müller Octubre de 2010